Rafagas color pimienta...[Libre, HP6]

Lechuzas de todos colores y tamaños revoloteaban en distintas velocidades por toda la lechuzeria, dibujando circulos y caminos por el edificio.
Me sente al tiempo que soltaba un suspiro, exhalando una brumosa nube de vapor. Hacia tanto frio, no era solo por el extremoso clima, sino por la increible sensacion de obscuridad y vacio incondicional que se encontraba dentro de mi propio cuerpo.

-Y asi, Potter perdio la cabeza...- dijo una voz burlona dentro de mi cabeza.

Sale abrigada hasta los ojos, con una ataviada bufanda roja y dorada, los colores de su casa. Un abrigo marrón claro, protector para un día como ese. Se frota las manos, pese a que lleve guantes. Está completamente helada. Va pensando en todo lo que le ha pasado hasta ahora desde que empezó el curso, mientras se encamina a la lechucería. Tiene que envíar un paquete a sus padres, regalos de la librería mágica de Hogsmade, "seguro que los impresiona...", piensa. Sus pensamientros se desvían hacia cierto pelirrojo amarrado a un lagarto, y enseguida el poco color que le quedaba, vuelve a sus mejillas. Entonces entra por fin a la lechucería, encontrandose a Harry ahí sentado.

- ¡Ha-Harry! - le dice, tiritando apenas, ahora más resguardada del frío - ¡Di-dichosos los ojos, amigo...! - le dice, hace días que no lo ve, lo extrañaba. Se sienta a su lado, deshaciendose de la bufanda.

Ohh...Calla... murmuro la otra parte de mi mente, entrando en disputa. Era oficial, estaba perdiendo la cordura. QUise tirarle la culpa al frio.
Una figura borrosa se acerco, el cabello me hizo saber la identidad.

-Hola Hermione-le salude, con una sonrisa pequeña en el rostro, siempre era grato contar con sus palabras y presencia- Valgame, parece que te dara hipotermia...

Hice una mueca y pare sus manos, indicandole que mejor no se desarropara de ninguna prenda.

Ríe nerviosamente, mirando a su amigo. Ladea la cabeza, dejando de tiritar, pero con el vaho saliendo entre sus labios, humeando.

- ¿Estás bien Harry? - pregunta - Tienes mal aspecto... - levanta las palmas hacía él - Sin ofender... - ya, como si sus ojeras y sus ojos rojos significaran que ella sea feliz.

-No te preocupes-murmuré, despreocupado porque tan inofensivo u ofensivo hubiese sonado su comentario- y estoy...bien. Todo va bien.
Hice una mueca nuevamente y me levanté.

-Ven, algo me dice que te enfermarás si seguimos afuera-le indiqué con un gesto de cabeza que fuesemos al Castillo, con las manos en los bolsillos.

Entré a la lechuzería con rostro ausente, pensando que tal vez encontraría allí a Hermione. Necesitaba verla, ya que estaba confundida en algo sobre Ron. Había estado actuando extraño aquellos días, y no sabía si se debía al frío o a cualquier otra cosa que le pasase por la mente.
El lugar estaba más cálido que afuera, pero aún así no me deshice de ninguna prenda. Estaba helada, y tiritando miré hacia mi alrededor, para encontrar no solo a Hermione sino tambien a Harry a su lado. Me acerqué hasta ellos y les sonreí.
-Hola... ¿No sienten que se rompen sus dedos congelados?–comenté riendo.

-Ho-Hola Ginny-saludé, sintiendo como el poco calor que quedaba en mi cuerpo subia a mis mejillas. Bajé la cabeza ocultandolo- si, sin duda el día más frío hasta ahora...
Era increíble como algo tan sencillo como hablar se volvia casi imposible con ella cerca.

Que extraño. Reí muy por lo bajo por la reacción de Harry. Parecía como si el frío lo estubiera consumiendo, pero algo había detrás de todo eso. Miré distraída al suelo, mientras contestaba..
-Sí, eso parece.. -les dediqué una pequeña sonrisa a ambos.

-Hum...bueno yo, ahh...creo que deberíamos irnos. Hermione esta a segundos de tornarse morada-dije conteniendo una risa, dedicandole una mirada de soslayo a la interpelada.

-Claro.. -dije en voz baja, mirando a Hermione. La verdad era que si parecía tener mucho frío. Miré a Harry por unos segundos y le contemplé esperando a que no se dara cuenta. Él también parecía tener mucho que odiar al frío clima. Sus ojos éstaban extraños, pero no perdían la gracia que él tenía. Sus ojos eran especiales, y algo notaba en ellos que no lograba descubrir aún.
Desvié mi mirada hacia la ventana, viendo el frío que habitaba afuera.

El viento aunmento de un segundo a otro, haciendo las cosas verse aun más borrosas y que mis lentes se empañasen.
Las desvenajas de los anteojos.
-Vale, emm...tienen hambre?-pregunté, deseando a cada momento salir de allí...

Sonríe a duras penas cuando Ginny entra, con el frío innundandola de nuevo. Los escucha. Sabe de sobra que a Harry le ocurre algo con Ginny, además, es su mejor amigo, lo nota. Sonríe de nuevo cuando ve que Ginny imita a medias el gesto.

- Ahora que lo dices, no he desayunando, y pronto será la hora de comer... ¿vamos al gran comedor? - pregunta, contenta de librarse del frío - ¿Has visto a Ron por el camino Ginny? - le pregunta a su pelirroja amiga.

-Sí, será mejor que vallamos al gran comedor.. -dije, mientras daba unos pasos hasta la puerta. -A Ron no lo he visto desde la mañana. Creí que estaba con ustedes. -le respondí a Hermione. Ella no ocultaba nada, o apenas lo intentaba. El saber que le ocurría algo con mi hermano era extraño, pero tampoco era nuevo.

Debe estar escondido en los invernaderos...

-Bueno, vayamos-dije soltando un suspiro por lo bajo. Comencé a caminar despacio, asomandome con cuidado por las largas y sinuosas escaleras que bajaban desde la lechuzería.

Seguí a Harry hasta el comienzo de las escaleras. Aquel lugar me agradaba mucho, pero ya quería salir para ir al gran comedor. Como Hermione, yo tampoco había desayunado. A penas había tomado algo, y mi estomago pedía ayuda.

Apoyé mi mano en la pared, tanteando el terreno.
-Ven bien?-pregunté dudoso. Tal vez era yo, con los anteojos empeñados y suicios, pero tal vez tambien se les nublaba la vista a ellas.

-Vamos.. -dije, incitándolos a seguir- Y sí, no se ve muy bien.. tengan cuidado -dije, avanzando con las manos extendidas para no chocar con nada que estubiera cerca mío.

-Algun encantamiento para visión, Hermione?-pregunté, tentando cuidadosamente la pared mientras bajaba cada escalón, prestando atención a sus movimientos igualmente.

-Bueno, lo intentaste-dije con un ligero encogimiento de hombros.
Me sostuve con fuerza de una rendija en la pared, al sentir como mi pie, en lugar de pisar el siguiente escalón, caía al vacío.

-¿Sería más fácil volando?-pregunté, dudoso.

-Cuidado.. -le dije a Harry- Y si, creo que sería más fácil volando -seguí mientras sonreía.
Avancé un par de pasos, pero era inutil, era una completa oscuridad. Casi tropecé con un escalón, pero logré sostenerme de la pared antes de caerme.
-Herm.. ¿No tienes algo que nos de luz? -le pregunté a mi amiga.

Tomé la varita en mano, listopara cualquier emergencia que pudiese surgir.
Una parte de mi mente tenía la manía del impulso a sujetar a Ginny por el brazo, por tratar de mantenerle segura; pero la otra me debatía, mostrando lo embarazoso que podía ser.

Con una mano en la pared y la otra aferrada a la varita, traté de ver mis pasos por los empañados lentes, al igual que los de ellas.

Saqué mi varita al igual que Haary, antes que nada, teníamos que estar seguros y a salvo. Seguí bajando la escalera con cautela, aunqeu ahora se veía mucho mejor gracias a la luz de Hermione. Mientras miraba cada escalón, incluso los pasos de mis amigos en ellos, me aferré de la pared, para más seguridad.