Caminaba tranquilamente por entre las mesas, vigilando prácticamente a todos los que serían mis alumnos en ese nuevo año.
Estuvo a punto de chocarme (pero, afortunadamente no lo hice), con la Dama Gris, el fantasma de Ravenclaw.
-Buenas tardes, Helena. -dije, inclinando la cabeza. -¿Como estas hoy? -observé de reojo que algunos alumnos giraban la cabeza para mirarnos interactuar.